lunes, 18 de julio de 2011

Mi niño no atiende, parece que ... Conducta típica de la hiperactividad no me escucha.



En la última década, uno de los problemas mas observados en niños y que la escuela ha empleado de manera más constante es la hiperactividad del niño. Esto no indica que el trastorno sea nuevo, o que estemos teniendo algún tipo de alimentación diferente que haga que nuestros niños sean mas intolerantes, no sigan indicaciones o que no se comporten, mas bien, esta en correlación a que las escuelas son mas observadas, los padres mas atentos y educados, y que nuestras autoridades presten atención a indicadores de abuso en los maestros y sistemas escolares por las practicas disciplinarias que son ejercidas con estos niños.



Muchas veces esta etiqueta diagnóstica es colocada en los niños, no por una apreciación objetiva sino más bien por la incapacidad de nuestros sistemas educativos en enseñar estrategias de control a nuestros maestros, quienes pagan los platos rotos. Por un lado muchos son observados por sus prácticas disciplinarias y por el otro afrontan situaciones de reto para ejercer el control. Es por este fenómeno que muchos mas niños son detectados con estos trastornos. Por eso es muy importante reeducar a nuestras familias, maestros y profesionistas a detectar el problema, diagnosticarlo apropiadamente y ayudar a los padres y maestros a ejercer estrategias de control conductual positivas y efectivas para lidiar con estos problemas.



Hablemos un poco de que es la hiperactivad, trastorno de atención y sus diferentes combinaciones y como se diferencia de un trastorno conductual simple.



Iniciemos con el trastorno de atención, el cual es un síndrome neurobiológico que se caracteriza principalmente por: la inatención (falta de atención y concentración), impulsividad e hiperactividad, síntomas que afectan el desarrollo del niño y la calidad de vida de las personas que lo padecen; particularmente sí este trastorno no es detectado y manejado a tiempo.



Tiene un alto contenido genético, hasta el 80% de los casos con TDAH presentan un familiar con las mismas características que el niños que lo padece; estos síntomas permanecen a lo largo de la vida de las personas, pero tienden a disminuir en frecuencia, duración e intensidad ( Barkey et al.).



Muchos estudios han demostrado que los factores socio ambientales tienen una influencia determinante en que los síntomas se presenten o no en los ambientes educativos y familiares, es decir que influye mucho el ambiente en donde se desenvuelvan los niños siendo determínate que puede hacer que el problema no se agrave y que se puedan prevenir la aparición de otros problemas o trastornos más graves. (Biderman et al 1992 y Paul 1991).



En el Manuela de Diagnostico y estadístico de los trastornos mentales (DSM – V) se diferencian tres tipos de trastornos dentro del TDAH:




  • Trastorno con déficit de atención con Hiperactividad Subtipo predomínate inatento.

  • Trastorno de Déficit de atención con Hiperactividad Subtipo predominante hiperactivo impulsivo

  • Trastorno de déficit de atención con Hiperactividad Subtipo combinado ( presenta síntomas de inatención – hiperactividad- impulsividad)




El TDAH se puede presentar de tres formas distintas. Cuando una persona sólo cumple con los síntomas del punto a) entonces es básicamente inatento, cuando cumple los del b) y c) entonces es hiperactivo, y cuando cumple los tres entonces es mixto, o sea que tiene las tres dimensiones.



Un niños con características predominantemente inatento, se caracteriza por qué no saben escuchar cuando se les habla directamente, les cuesta trabajo ponerse en marcha, a menudo pierde las cosas o las olvida. En la escuela no aprende al ritmo de lo esperado. Son niños que por lo general pasan por niños poco inteligentes aunque no lo sean.



Los niños predominantemente hiperactivos – impulsivos, generalmente se mueven de un lugar a otro en momentos inapropiados, se levantan a menudo de sus sillas, acostumbran interrumpir conversaciones. Presenta dificultades para prestar atención a tareas o juegos tranquilos, algunos tiende hablar en exceso, se molestan con facilidad, pueden presentar conductas agresivas como el pegar o insultar.



Presentan problemas para relacionarse con los demás, particularmente porque a veces resulta difícil convivir con alguien que siempre se está moviendo, tiene impulsos incontrolados y no deja de hablar, lo que se traduce en conflictos en el comportamiento en el salón de clases.



Además de estos síntomas es posible que algunos niños presenten un trastorno añadido, por ejemplo el trastorno de aprendizaje; la gran mayoría presenta dificultades académicas que son como resultado de su distracción, impulsividad y comportamiento inquieto.



Otros niños suelen presentar sintomatología propia del trastorno disocial ( presentan problemas de mentiras, conductas que dañan físicamente o provocan daños en propiedades ajenas), otro trastorno puede ser, el negativismo desafiante ( niños que a menudo se enojan, discuten, hace rabietas, se muestra hostiles, desafiantes, rencorosos y vengativo).



Las personas que padecen el TDAH, que no han sido atendidas propiamente, presentan impactos negativos a lo largo de su vida, entre ellos (Thompson, Riggs, Milkulich, Crowley, 1996):



  • Accidentes

  • Violencia intrafamiliar

  • Resentimiento social

  • Mayores posibilidades de caer en la delincuencia

  • Deserción escolar

  • Fracaso laboral


Como saber si nuestro hijo puede presentar TDAH, algo común es que en la escuela los maestros sean los primeros en detectar conductas que esta presentando el niño en el horario de clase. Como segundo paso esta el acudir con un profesionista quien sea responsable de realizar una valoración psicológica para valorar su conducta, rendimiento académico, su estado emocional, etc.



Una vez terminado el proceso de valoración el trabajo se inicia con los padres, profesionales y los niños, proporcionando información sobre el trastorno, enseñar estrategias de manejo de la conducta, estrategias de comunicación para mejorar la relación padre- hijo/ alumno.



El tratamiento multimodal es una de las opciones terapéuticas más recomendadas, ya que se coordinan de manera simultánea un tratamiento farmacológico (en caso de que sea necesario), psicológico y psicopedagógico. En este proceso intervienen los padres como parte del tratamiento, ya que ellos aprenderán estrategias para afrontar las diversas situaciones, conflictos, conductas que presentan sus hijos y sobretodo tener un mejor entendimiento para apoyar a su hijo.



Bibliografía



Mena Pojul, Nicolau Paul, Salait Foix, Tort Almeida y Romero Roca. (2006), Guía práctica para educadores. El alumno con TDAH. 2.ª Edición. Editorial: Mayo Ediciones.
WWW. APA.ORG.MX.



David H. Barlow. (2001). Psicología anormal. Un enfoque integral. 2ª Edición. Editorial Thomson.



Barkley, Russel. (2002). Niños Hiperactivos: cómo comprender y atender sus necesidades especiales. Barcelona Paidós.



Autor:


Mtra. Psic. Karla Suárez Rodríguez


Especialista en Medicina Conductual.


Rev. 18 de Junio de 2011