miércoles, 24 de agosto de 2011

EL DIVORCIO, ¿CÓMO AFECTA EL DESARROLLO DEL NIÑO?



En nuestros días, el divorcio es una constante que afecta a muchas familias; múltiples y variadas pueden ser las causas y auque el divorcio se lleve a cabo en las mejores condiciones, es de esperarse que surjan ciertas dificultades.




En matrimonios donde hay hijos, una de esas dificultades es que inevitablemente afectará a todos los miembros que la conforman. Pues la separación, conlleva un impacto directo sobre el mundo emocional y conductual de toda la familia y sobre todo de los menores, debido a que la familia, tal y como el niño la había concebido durante toda su vida, cambiará.




Durante el primer año de la separación, es cuando se dan las mayores afecciones en la vida del niño debido a que todo se reorganiza. Cambios en sus rutinas diarias, la disciplina, los juegos, los amigos, etc. Y por otra parte, suele ser también el periodo más crítico para los padres.




Como proceso, la separación de los padres involucrará una serie de cambios en la vida familiar, que afectarán sin lugar a dudas la vida del menor.




  • - Reducción del ingreso familiar: lo que frecuentemente se traduce

    en cambios de domicilio, escuela y por consiguiente, aumento en el estrés parental.

  • - Reducción del contacto con alguno de los padres: En mayor o menor

    medida, se pierde la relación cotidiana con alguno de los progenitores, por semanas,

    meses e incluso años. Y por ende, la perdida de otros familiares como tíos, primos y abuelos.

  • - Cambios en las conductas de los padres: disminución de la tolerancia,

    disminución en la comunicación y/o mayor supervisión.




La falta de uno de los progenitores en la vida diaria del niño y la añoranza de la familia, tal y como era en un principio, genera fuertes reacciones, no demasiado diferentes a las que siguen a la pérdida de un ser querido.




De ahí, que es obligación de los padres estar atentos a las diversas reacciones que muy probablemente presentarán sus hijos, esto, con la finalidad de minimizar los efectos que el divorcio trae consigo.




Muchos autores coinciden en que estos efectos dependen del nivel de desarrollo del menor y de los conflictos e intensidad de los mismos entre sus padres.




Por lo tanto, experimentar un divorcio traumático puede interrumpir el desarrollo del niño. Hay niños que se quedan estancados en la etapa en la que tuvo lugar el trauma y otros que parecieran haber olvidado las enseñanzas pasadas.



A continuación se presenta una descripción clínica sobre como reaccionan los niños al divorcio de sus padres en función de su edad, propuesta por Wallerstein.




Los niños en edad preescolar presentan un malestar profundo, un alto nivel de ansiedad ante la separación, miedo de que los padres los abandonen, un alto índice de regresiones y una escasa capacidad para entender el divorcio, y por consiguiente, una tendencia para culparse a sí mismo por la separación.




Los niños de edad escolar suelen presentar un nivel moderado de depresión, se preocupan por la salida del hogar de uno de los padres y añoran su regreso, perciben el divorcio como un rechazo hacia ellos y temen verse reemplazados.




Durante la preadolescencia, la reacción al divorcio se suele manifestar mediante la expresión de sentimientos como cólera y la tendencia a culpar a uno de los padres, pudiendo desarrollar también síntomas somáticos.




Los adolescentes, aunque se sienten apenados y con un cierto nivel de ansiedad, en general suelen afrontar mejor el divorcio. Ya que poseen un mejor desarrollo cognitivo y emocional. Aunado a esto, tienen la ventaja de poder contar con el apoyo de sus iguales y de otros adultos en ambientes extrafamiliares, lo que puede aminorar los efectos de la separación y facilitar su reajuste.




Cabe destacar que cada niño puede reaccionar distinto frente a un caso de separación, no obstante, para los padres debe resultar imprescindible el perfecto conocimiento de cada uno de sus hijos. El grado de comunicación que exista entre padres e hijos y el asesoramiento de un profesional que garantice las modificaciones conductuales en los padres; puede ser el arma perfecta para no causar más daño (emocional y/o conductual), del que va a sufrir por la separación en sí, recuerde, la mejor forma de abordar un divorcio o una separación, se encuentra en la forma en que los padres anticipan los cambios a los hijos, comunicar y bajar la ansiedad por la incertidumbre, son las claves para un buen manejo.




Debido a la constante solicitud de nuestros padres de familia, ACC especialistas a creado un servicio de apoyo sin costo que consta de una asesoría por una hora para recibir apoyo en su divorcio o proceso de separación, y así contribuir a que nuestras familias encuentre esta tan esperada reorganización.







REFERENCIAS




Fernández, R. F. y Godoy, F. C. El niño ante el divorcio. Madrid. Pirámide, 2002; 6, 55 – 68.




Figueroa, L. F. Los hijos y la separación de la pareja. Revisado 13 de Mayo, 2011, en http://cursos.puc.cl/medfabuc-1/almacen/1248294190_vvaldes_sec1_pos0.pdf




Menéndez, B. I. Efectos de la separación matrimonial en los niños. Revisado 22 de Mayo, 2011, Clínica Psicológica. Asturias, en http://www.isabelmenendez.com/escuela/separacion.pdf




Autor




Lic. Karina Zamora Muñoz




Rev. 24 Agosto 2011




martes, 9 de agosto de 2011

Me quiero divorciar pero… no quiero que mis hijos sufran




¿Cuántas veces hemos escuchado esto? Hombres y mujeres. Amigos, familiares, compañeros de trabajo o ¿por qué no? nosotros mismos.




Estas personas se debaten en una lucha entre hacer lo correcto o lo incorrecto, al enfrentarse a la posibilidad de una separación de pareja.




En la mayoría de los casos el “MOTIVO” más importante para la disyuntiva son los hijos.




Por tradición se piensa que crecer en familia (papá, mamá y hermanos), es decir la familia convencional es el mejor modo de crecer. Sin embargo, como miembro de una relación de pareja insatisfactoria, la incertidumbre aparece cuando se pretende que “los niños no sufran y tengan una familia” el sentir esto como una responsabilidad por un lado y por otro el propio derecho a contar con una vida en pareja satisfactoria, se convierte en un callejón sin salida.




¿Qué hacer?




Para tratar el primer punto de “Quiero que mi hijo tenga una familia” hay que partir definiendo a la familia como:
Un grupo social formado por individuos unidos por lazos sanguíneos, de afinidad o de matrimonio, que interactúan y conviven en forma más o menos permanente y que en general comparten factores biológicos, psicológicos, y sociales, que pueden afectar su salud individual y familiar. La familia pueden ser tíos, abuelos, cuñados, primos y no estrictamente papá, mamá y hermanos.




Entonces ya no son tan cerradas nuestras posibilidades al tomar una decisión, si contemplamos que si nuestros hijos viven en un ambiente de violencia, considerando a ésta desde el ignorarse mutuamente hasta la violencia física; de incertidumbre de cualquier modo los estamos dañando.




El otro aspecto a tratar es el daño que se les hace a los niños a partir de la separación.




Esto es una realidad que no podemos evadir, los niños se sienten inseguros, ansiosos, angustiados, deprimidos, confundidos y en algunos casos culpables por la separación de sus padres.




Pueden mostrar conductas como: agresividad hacia el padre al cual se le considera culpable de la separación, desobediencia, aislamiento. Esto dependerá de la edad de los hijos, personalidad, entre otros
Visto desde otro punto de vista, podemos entender que cualquier cambio en la estructura familiar, social y psicológica de las personas va a afectar su desarrollo, en este rubro incluso el cambio de residencia por cambios laborales de los padres, cambios de escuela, entre otros; es decir cambios que no necesariamente tienen que ver con la separación sino con la mejoría de las condiciones de vida familiar.




Tomando como referencia lo anterior, tenemos que considerar algunos factores para la toma de decisión, por ejemplo, si la familia de los pequeños que viven actualmente, es una familia que les proporciona lo que ellos requieren para su desarrollo integral, o por el contrario lo obstaculiza. Es decir, realizar una toma de decisión bien pensada, considerando pros y contras del cambio y del seguir así.




En este punto es relevante remarcar que la tarea de los padres, educadores, tutores no es evitarles las dificultades sino proporcionarles las herramientas y recursos emocionales necesarios para que los enfrenten y superen.




Así para tomar una decisión con respecto a la separación o no, es primordial dejarle saber a los pequeños lo siguiente:




  • Explicarles que es un divorcio, reafirmando que este nuevo arreglo NO implica que ellos pierdan a sus padres.

  • Aclararles que es un asunto entre sus padres y solo ellos, y que no tiene que ver con ellos

  • Hacerles sentir que ellos no son culpables y por lo tanto tampoco la solución.

  • Hablar libremente del tema sin juzgar ni criticar sus opiniones

  • Respetar y tomar en cuenta sus opiniones




Siempre un cambio crea un ambiente inestable y de nuevas difícultades, sin embargo, si existe comunicación entre todos, facilitará la transición a una vida basada en el respeto y en la comunicación.




Tomar en cuenta que no siempre se cuenta con la información, conocimiento, experiencia, y sobre todo estado emocional, para manejar este tipo de situaciones, y contar con especialistas que puede enseñara nuevas habilidades de negociación y guíar el desenvolvimiento de la solución buscando que se dañe lo menos posible a los integrantes de la familia, mediante la concertación de acuerdos. La búsqueda de una transición lo mas apacible posible de este proceso tan doloroso es una de las metas fundamentales de un proceso terapéutico. Recuerde que lo desconocido es el motor de la ansiedad y la ante sala a la depresión, brindar elementos de apoyo siempre culminarán en tener mas certidumbre, bajando aquellos factores que se encuentran asociados a las malas decisiones. Buscar apoyo siempre es importante.




Este documento es producto del Diplomado Formación de Terapeutas coordinado por Lic. Cecilia Quero Vázquez.




Elaborado por:




Lic. Andrea Lozano




Debido a la constante solicitud de nuestros padres de familia, ACC especialistas a creado un servicio de apoyo sin costo que consta de una asesoría por una hora para recibir apoyo en su divorcio o proceso de separación, y así contribuir a que nuestras familias encuentre esta tan esperada reorganización.




Lecturas recomendadas




Beyer, R.(2009) Cómo explicar el divorcio a los niños. Un manual para adultos. Ed. Ediciones Oniro.
Gimenez, E(2008) Hablemos de divorcio: Sugerencias para padres que se divorcian. Ed. Paidós




Referencias




Garin, P. B. (1992). Un análisis exploratorio de los posibles efectos del divorcio en los hijos. Psicothema , 4 (2), 491-511.




Orgilés, M., Espada, P., & Piñero, J. (2007). Intervención psicológica con hijos de padres separados: Experiencia de un punto de encuentro familiar. Anales de Psicología , 23 (002), 240-244




Rev 09/08/2011.