martes, 9 de agosto de 2011

Me quiero divorciar pero… no quiero que mis hijos sufran




¿Cuántas veces hemos escuchado esto? Hombres y mujeres. Amigos, familiares, compañeros de trabajo o ¿por qué no? nosotros mismos.




Estas personas se debaten en una lucha entre hacer lo correcto o lo incorrecto, al enfrentarse a la posibilidad de una separación de pareja.




En la mayoría de los casos el “MOTIVO” más importante para la disyuntiva son los hijos.




Por tradición se piensa que crecer en familia (papá, mamá y hermanos), es decir la familia convencional es el mejor modo de crecer. Sin embargo, como miembro de una relación de pareja insatisfactoria, la incertidumbre aparece cuando se pretende que “los niños no sufran y tengan una familia” el sentir esto como una responsabilidad por un lado y por otro el propio derecho a contar con una vida en pareja satisfactoria, se convierte en un callejón sin salida.




¿Qué hacer?




Para tratar el primer punto de “Quiero que mi hijo tenga una familia” hay que partir definiendo a la familia como:
Un grupo social formado por individuos unidos por lazos sanguíneos, de afinidad o de matrimonio, que interactúan y conviven en forma más o menos permanente y que en general comparten factores biológicos, psicológicos, y sociales, que pueden afectar su salud individual y familiar. La familia pueden ser tíos, abuelos, cuñados, primos y no estrictamente papá, mamá y hermanos.




Entonces ya no son tan cerradas nuestras posibilidades al tomar una decisión, si contemplamos que si nuestros hijos viven en un ambiente de violencia, considerando a ésta desde el ignorarse mutuamente hasta la violencia física; de incertidumbre de cualquier modo los estamos dañando.




El otro aspecto a tratar es el daño que se les hace a los niños a partir de la separación.




Esto es una realidad que no podemos evadir, los niños se sienten inseguros, ansiosos, angustiados, deprimidos, confundidos y en algunos casos culpables por la separación de sus padres.




Pueden mostrar conductas como: agresividad hacia el padre al cual se le considera culpable de la separación, desobediencia, aislamiento. Esto dependerá de la edad de los hijos, personalidad, entre otros
Visto desde otro punto de vista, podemos entender que cualquier cambio en la estructura familiar, social y psicológica de las personas va a afectar su desarrollo, en este rubro incluso el cambio de residencia por cambios laborales de los padres, cambios de escuela, entre otros; es decir cambios que no necesariamente tienen que ver con la separación sino con la mejoría de las condiciones de vida familiar.




Tomando como referencia lo anterior, tenemos que considerar algunos factores para la toma de decisión, por ejemplo, si la familia de los pequeños que viven actualmente, es una familia que les proporciona lo que ellos requieren para su desarrollo integral, o por el contrario lo obstaculiza. Es decir, realizar una toma de decisión bien pensada, considerando pros y contras del cambio y del seguir así.




En este punto es relevante remarcar que la tarea de los padres, educadores, tutores no es evitarles las dificultades sino proporcionarles las herramientas y recursos emocionales necesarios para que los enfrenten y superen.




Así para tomar una decisión con respecto a la separación o no, es primordial dejarle saber a los pequeños lo siguiente:




  • Explicarles que es un divorcio, reafirmando que este nuevo arreglo NO implica que ellos pierdan a sus padres.

  • Aclararles que es un asunto entre sus padres y solo ellos, y que no tiene que ver con ellos

  • Hacerles sentir que ellos no son culpables y por lo tanto tampoco la solución.

  • Hablar libremente del tema sin juzgar ni criticar sus opiniones

  • Respetar y tomar en cuenta sus opiniones




Siempre un cambio crea un ambiente inestable y de nuevas difícultades, sin embargo, si existe comunicación entre todos, facilitará la transición a una vida basada en el respeto y en la comunicación.




Tomar en cuenta que no siempre se cuenta con la información, conocimiento, experiencia, y sobre todo estado emocional, para manejar este tipo de situaciones, y contar con especialistas que puede enseñara nuevas habilidades de negociación y guíar el desenvolvimiento de la solución buscando que se dañe lo menos posible a los integrantes de la familia, mediante la concertación de acuerdos. La búsqueda de una transición lo mas apacible posible de este proceso tan doloroso es una de las metas fundamentales de un proceso terapéutico. Recuerde que lo desconocido es el motor de la ansiedad y la ante sala a la depresión, brindar elementos de apoyo siempre culminarán en tener mas certidumbre, bajando aquellos factores que se encuentran asociados a las malas decisiones. Buscar apoyo siempre es importante.




Este documento es producto del Diplomado Formación de Terapeutas coordinado por Lic. Cecilia Quero Vázquez.




Elaborado por:




Lic. Andrea Lozano




Debido a la constante solicitud de nuestros padres de familia, ACC especialistas a creado un servicio de apoyo sin costo que consta de una asesoría por una hora para recibir apoyo en su divorcio o proceso de separación, y así contribuir a que nuestras familias encuentre esta tan esperada reorganización.




Lecturas recomendadas




Beyer, R.(2009) Cómo explicar el divorcio a los niños. Un manual para adultos. Ed. Ediciones Oniro.
Gimenez, E(2008) Hablemos de divorcio: Sugerencias para padres que se divorcian. Ed. Paidós




Referencias




Garin, P. B. (1992). Un análisis exploratorio de los posibles efectos del divorcio en los hijos. Psicothema , 4 (2), 491-511.




Orgilés, M., Espada, P., & Piñero, J. (2007). Intervención psicológica con hijos de padres separados: Experiencia de un punto de encuentro familiar. Anales de Psicología , 23 (002), 240-244




Rev 09/08/2011.

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