lunes, 26 de noviembre de 2012

Establecer límites a los hijos

Autorregulación

 es una tarea diaria, y que los padres de familia se enfrentan frecuentemente, generando estrés en la familia y en la pareja. Padres que no sufren de estrés reportan a su vez sentirse tranquilos, con buenas relaciones dentro de la familia, logrando comunicarse de manera afectuosapositiva. En el caso contrario, padres que sufren de estrés, denotan tener grandes dificultades para establecer límites y comunicación con los miembros de la casa.

Las mayores dificultades surgen cuando los padres no saben cómo manejar la conducta de sus hijos de manera eficaz, generando en ellos un sentimiento de frustración y enojo. Los problemas de conducta son la principal razón por la que los niños son canalizados a servicios de salud mental. La existencia de estos problemas en la niñez tiene una estrecha relación con futuras dificultades psicológicas, familiares y sociales, y es por ello, que la enseñanza de la autorregulación en etapas tempranas, es una medida preventiva necesaria.

La autorregulación es la consecuencia de un buen manejo conductual, y si este se logra mantener en la infancia y la pre adolescencia, se asegurará una adaptación positiva de la persona a su entorno social.

Si quieres saber más del tema o compartir tu experiencias escúchanos en el MARTES DE ACC ESPECIALISTAS en el programa de Nosotras Hablamos en el 830 de AM a las 12 del día. Envíenos sus preguntas, o comentarios por facebook en www.facebook.com/accespecialistas.


lunes, 19 de noviembre de 2012

Cómo criar un hijo misógino


Misoginia

debemos entender que el dominio que el hombre ejerce sobre la mujer data desde hace muchos años, es decir, desde el momento en que el ser humano empezó a organizarse como comunidad, las mujeres fueron desplazadas a ocupar roles menos jerárquicos. A partir de este fenómeno, y bajo ciertas condiciones, se desprende la misoginia. Hoy en día, a pesar de todos los avances que la sociedad moderna puede mostrar, la minimización de la figura femenina sigue existiendo. Incluso países tan avanzados como Estados Unidos, nada menos que en la campaña presidencial de Barak Obama, uno de los emblemas ocupados en su campaña del 2012, fue el que las mujeres que tuvieran puestos jerárquicos similares a sus pares hombres, deberían ganar igual.




Si bien es cierto que esta minimización, no habla de un odio a la figura femenina, si habla de una desigualdad. Cuando nos referimos a una situación misógina, es cuando todo aquello que representa a la mujer es odiado, así sea su trabajo, sus esfuerzos, sus opiniones, hasta su sexo. Es decir, la misoginia es un odio irracional a la figura femenina, y que está iniciado por prácticas desiguales que se dan en la comunidad y trascienden a la crianza de los hijos. Cuando hablamos de criar a un hijo misógino, hablamos que desde el seno de la familia, la pareja, es decir papá y mamá, han creado un ambiente tan desigual, que todo lo que hace la mujer es castigado, denigrado incluso rechazado.

Estos modelos que hacen ver a una mamá tan denigrada y sobajada, puede despertar en sus hijos el inicio de un odio que termine por afectar la imagen de la mujer de por vida. Este fenómeno también es observado cuando tenemos una inversión de roles. Es decir una mamá que hace el rol de papá y viceversa. En este caso, observamos a la mamá como la figura primaria agresiva, con una imagen poco femenina, con actitudes de maltrato a la pareja, y de crear un ambiente inestable. Es en este sentido, en donde los hijos crecen con miedo a la imagen materna, y que existe la probabilidad posterior en convertirse en odio, la cual puede ser asociado a su sexo, mas que a su persona. Si quieres saber más del tema o compartir sus experiencias, escúchenos todos los MARTES DE ACC Especialistas en el programa de Nosotras Hablamos en el 830 A eme a las 12 del día; envíenos sus preguntas o comentarios a www.accespecialistas.com

La sobreprotección

es una estrategia que usan los padres que presentan confusión en el expresar amor; esto sucede cuando, como padres, mostramos nuestro cariño facilitándole a nuestros hijos sus tareas, evitando así que se esfuercen por conseguir algo que requieran, y por supuesto, ocurre también cuando les evitamos cualquier situación desagradable o les resolvemos los conflictos.



La sobreprotección se puede presentar en tres formas. La primera de ellas como conductas de evitación, es decir, los padres por no confrontar y lastimar al niño, terminan haciendo las cosas que por competencia y formación, son responsabilidad del hijo. La segunda, es por conductas de escape. Es decir, cuando ven a su hijo en una situación difícil, donde piensan que no podrá resolver, inmediatamente la terminan, y la resuelven, dejando a su hijo a un lado, y sin la posibilidad de aprender del suceso. La tercera forma, es cuando el padre por necesidad de demostrar afecto, se anticipa a las acciones requeridas de su hijo, y por ello termina resolviendo.

Es sin duda que en las tres formas de actuar, estamos limitando al niño a su exposición de su entorno, y por ende, generamos un atraso en su capacidad de adquirir nuevas habilidades, favoreciendo en él inseguridad. Esta puede ser manifestada, ya sea por conductas agresivas, o conductas de aislamiento social. Los padres que caen en estas prácticas deben ser apoyados psicológicamente, ya que en los tres tipos de sobreprotección, siempre verán a su hijo con lástima y necesidades, que incluso, el niño no necesita, haciendo que su éxito como padres se minimice. Si desea saber más los dejamos con nuestros especialistas en el programa de Nosotras Hablamos en el 830 AM en Radio Capital, los días Mártes a las 12 del día. Envíenos sus preguntas o comentarios www.accespecialistas.com

sábado, 3 de noviembre de 2012

La sobreprotección compensa





Las consecuencias emocionales que sufre un hijo no deseado pueden producir algunos trastornos afectivos a lo largo de la vida del niño. Todos los seres humanos requieren cubrir sus necesidades de afecto, seguridad, motivación, y existe mas posibilidades que sean cubiertas si existe aceptación por parte de los padres.

El no desear a un hijo, es un factor de riesgo importante para la presencia de problemas afectivos, más no es irreversible. Sus efectos no se pueden generalizar, ya que depende de cada menor, de su personalidad, fortalezas, redes de apoyo familiar, social, actitud de los padres en las diferentes etapas de su vida, así como del nivel de rechazo que se proyecte sobre ella o él.

Los primeros lazos afectivos son tan importantes como el propio cuidado físico. El afecto, es una necesidad que se centra en el contacto corporal a través de las caricias, abrazos, jugueteos, siendo el periodo más importante el que se da de manera inicial en la vida, el cual se le llama apego.

Algunos niños no viven un rechazo directo sino que viven una relación deficiente, y ambivalente. Esto conduce a una relación difícil, y a una identificación defectuosa, debido a que sus necesidades emocionales no fueron cubiertas. Esto dá como resultado un evidente abandono.

En otros casos, los niños recibe un cuidado excesivo, cayendo en la sobreprotección. Este exceso de cuidados es de carácter compensatorio, generado por culpas o por el rechaza del hijo desde el vientre. Esto se caracteriza por la recepción de atenciones innecesarias y asfixiantes. En los casos de sobreprotección, con mucha frecuencia, hay ausencia de disciplina, no existen estructuras determinadas, límites que le permitan al niño identificar las posibles consecuencias para que pueda asumir la responsabilidad de la toma de decisiones. En nuestro programa de radio usted podrá escuchar a varios especialistas hablando del tema, los dejamos con ellos y esperamos que lo disfruten.