La sobreprotección se puede presentar en tres formas. La primera de ellas como conductas de evitación, es decir, los padres por no confrontar y lastimar al niño, terminan haciendo las cosas que por competencia y formación, son responsabilidad del hijo. La segunda, es por conductas de escape. Es decir, cuando ven a su hijo en una situación difícil, donde piensan que no podrá resolver, inmediatamente la terminan, y la resuelven, dejando a su hijo a un lado, y sin la posibilidad de aprender del suceso. La tercera forma, es cuando el padre por necesidad de demostrar afecto, se anticipa a las acciones requeridas de su hijo, y por ello termina resolviendo.
Es sin duda que en las tres formas de actuar, estamos limitando al niño a su exposición de su entorno, y por ende, generamos un atraso en su capacidad de adquirir nuevas habilidades, favoreciendo en él inseguridad. Esta puede ser manifestada, ya sea por conductas agresivas, o conductas de aislamiento social. Los padres que caen en estas prácticas deben ser apoyados psicológicamente, ya que en los tres tipos de sobreprotección, siempre verán a su hijo con lástima y necesidades, que incluso, el niño no necesita, haciendo que su éxito como padres se minimice. Si desea saber más los dejamos con nuestros especialistas en el programa de Nosotras Hablamos en el 830 AM en Radio Capital, los días Mártes a las 12 del día. Envíenos sus preguntas o comentarios www.accespecialistas.com
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