sábado, 4 de diciembre de 2010


¿Cómo evitar un error común de los padres?


¡Todos los niños desean que les presten atención!

Los seres humanos por naturaleza estamos diseñados para desear y apreciar la atención de los demás, podemos decir que la atención por sí misma es un estímulo. Sin embargo, para los niños es más una cuestión de supervivencia; cualquier cría separada de su madre, será presa fácil de un depredador…

De modo que si un patito pierde a su mamá, éste gaznará literalmente hasta quedar exhausto. Igual ocurre con los niños, de ahí que intenten atraer la atención de sus padres, no importando si es atención positiva o negativa. La atención positiva es cuando los padres elogian y premian las acciones deseables de sus hijos. No obstante, a falta de elogios y premios, los niños prefieren que les griten o los corrijan en lugar de ser ignorados (atención negativa). Los niños quieren ser queridos y apreciados por sus padres.

Desgraciadamente, a menudo los padres se sienten agobiados y tensos por las demandas cotidianas, olvidando premiar a los pequeños cuando ellos no crean ningún problema y se desempeñan adecuadamente. No obstante, cuando sus hijos hacen algo mal, dedican toda su atención. Y por lo tanto, parecería que los niños deben portarse mal para atraer la atención de sus padres. Es posible que cause sorpresa descubrir que los padres tienen la costumbre de fijarse sólo en lo que los hijos hacen mal y criticarles por eso.

Para evitar este error, es indispensable que los padres aprendan a identificar las conductas deseables de sus hijos y premiarlas con su atención y aprobación. Las conductas deseables son todos los comportamientos adecuados, que favorecen en el niño un desarrollo emocional y social óptimo. Por ejemplo, saludar, recoger los juguetes, comer con propiedad, realizar tareas escolares, etc.

Parece un consejo simple, sin embargo requiere un esfuerzo considerable el hecho de estar atento a esas conductas positivas y premiarlas. Algunas estrategias para fomentar esas conductas deseadas en los pequeños pueden ser:

Reafirmar en los niños un logro: los padres debe estimular los esfuerzos de los pequeños durante el proceso de acción o inmediatamente después de que ocurra la conducta a estimular. Dejarlo para después, hace perder la eficacia a la estimulación. Se pueden utilizar palmaditas, caricias de aprobación, sonrisas, frases amables como “que bien estás haciendo tu letra”, “gracias por cerrar la puerta”, “estás haciendo tu tarea, me da mucho gusto”. Nota importante: Los elogios deben dirigirse a conductas específicas. Por ejemplo es más efectivo decir “Gracias por guardar tus juguetes” que “Hoy te portaste bien”.

Estimular una conducta positiva con base en los gustos de los niños: se deben tomar en cuenta las particularidades de cada pequeño, es decir, gustos e intereses; por ejemplo, para algunos pequeños resulta gratificante pasar tiempo con los padres, a otros les resulta más atractivo un dulce ó bien otros preferirán caricias cálidas de acercamiento.

¡Cuidado! Antes de pedirles a los niños una tarea, es importante observarlos para conocer si tienen la destreza de llevarla a cabo. En ocasiones, el niño sencillamente no tiene la capacidad de realizar una tarea o bien, ignora cómo hacerla. En este caso ¿qué podemos hacer? Es muy importante identificar aquellas habilidades que posee el niño antes de pedirle que realice una actividad; con la finalidad de garantizar que la petición puede llevarse a cabo. Por ejemplo, si queremos que un niño aprenda a escribir, antes tiene que saber tomar el lápiz, realizar trazos y líneas, etc.

Cuando los padres observan que el niño cuenta con habilidades previas, por ejemplo para tender la cama, los padres deben enseñarle cómo hacerlo y posteriormente pedirles a sus hijos que lo intenten, es muy posible que el niño no logre realizar la tarea al 100% y dejen tal vez las cobijas en una mala posición. Lo importante es elogiarlos por sus esfuerzos y decirles “mañana tienen otra oportunidad para colocar en correcta posición las cobijas” y nuevamente demostrarles cómo se hace. Después de algunos intentos, los niños lograran realizar la actividad. Como podemos observar en el ejemplo anterior es posible premiarlos por los pasos que realiza para acercarse a su meta.

En otras ocasiones, los padres deben aprender a premiar la ausencia de las conductas negativas. En otras palabras, si un niño se comporta de forma inadecuada, los padres deberán felicitarlo cuando no se esté comportando de ese modo. Por ejemplo, si el niño usualmente trata de llamar la atención mientras los padres están hablando por teléfono, los padres deben encontrar el momento adecuado (cuando el niño esté entretenido en otra actividad) para hacerles saber que están contentos porque en esta ocasión no se presentó esa conducta de “molestar” mientras se habla por teléfono. Recuerden, “El modo más efectivo de estimular a un niño para que se porte bien y que abandone las conductas indeseables, es ocuparse de que reciba toda nuestra atención cuando se comporta correctamente”. Los padres tienen la posibilidad de elegir entre destacar una conducta positiva y premiarla u ocuparse esencialmente de los comportamientos conflictivos, pero hay que recordar que esta atención negativa, sólo estimula el sentimiento de vergüenza y fracaso en los hijos.

Por:

Lic. Karina Zamora Muñoz

Rev. 04/12/2010

Bibliografía:

Dr. Kevin Steede. Los 10 errores más comunes de los padres. Cómo evitarlos. Editorial Edaf.

Julio César Leal Durán y Paula Stone Bender. La rebelión de los adolescentes. Capítulo 2. Centrarse en lo positivo. Editorial McGraw-Hill.

Martina Morell. Psicología y Bienestar.

Guevara B. Yolanda, Ortega S. Patricia y Plantarce C. Patricia. Psicología Conductual. UNAM.

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