sábado, 14 de enero de 2012


Ahora contamos con noticias instantáneas


¿Usted ha escuchado lo que es RSS?. Bueno cuando hablamos de RSS nos referimos usualmente a una tecnología completa para distribución de contenidos de los sitios web. Es decir, cuando nosotros publicamos un evento, o una noticia, ésta se distribuye en diferentes programas, por ejemplo correo electrónico, visualizadores como google, etc., y cada vez que nosotros hacemos un cambio, usted lo recibirá en su gestionador de RSS, es decir, usted podrá estar al tanto de nuestros contenidos, sin ni siquiera visitar nuestra página directamente al menos que tenga que interactuar con ella. Ahora nuestra página de internet tiene la capacidad de que cada vez que se realiza una noticia, genera algo llamado feed o mensaje de contenido reducido, para que las personas suscrita pueda estar notificadas. También deseamos introducir nuestras video noticias, donde mediante un presentador usted podrá escuchar nuestra noticia sin tener que leerla. Inscríbase, basta con hacer un clic en el botón naranja y seleccionar donde desea usted recibirlo. Espero que esta nueva tecnología nos permíta estar más cercanos a usted y a su familia. Que tenga un excelente día.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Facebook, ¿Cómo proteger a mis hijos?


Aunque las publicaciones en Facebook no ocurren durante las horas de escuela, los comentarios que los adolescentes publican casi siempre tienen un impacto en su ambiente escolar. Incluso hay maestros que han comentado a los padres que no permitan que sus hijos estén en Facebook o que les quiten su cuenta, que el estar ahí solo causa problemas. Pero esto no es una tarea fácil.

Se ha visto que Facebook no es solo una moda pasajera, la red social creada en 2004, se ha expandido mundialmente y en la actualidad hay alrededor de 500millones de personas usándola cotidianamente. Ha impactado en la facilidad de amigos y familiares de estar en contacto en cualquier parte del mundo que se encuentren y definitivamente ha cambiado la forma en que los jóvenes socializan entre sí, sin contar el efecto en los adultos, que ha afectado no solo la relaciones laborales, sino el comercio y a la forma en que damos a conocer productos y servicios.

Los adolescentes no saben realmente como usar racionalmente las herramientas de las redes sociales y esto no los hace malos o perversos. Las estrategias que tienen para lidiar con situaciones difíciles en la red son impulsivas, escriben lo primero que se les vino a la cabeza, no miran consecuencias, tienden aglutinar sus comentarios en aquellos líderes de grupo y finalizan con una serie de indiscreciones perjudiciales a su entorno social.

Hay investigadores en la conducta infantil que opinan que en vez de pelear con los adolescentes para que no usen Facebook u otra red social, los padres deben de usar estas herramientas para enseñar a los adolescentes a tomar buenas decisiones, ayudarles a leer entre líneas, a identificar quienes son amigos de simples conocidos, incluso ayudarles a mantener un ambiente saludable en sus interacciones y sobre todo seguros. Esto que se pude convertir en una frustración para los papás, sobre todo aquellos que ven que la conducta de sus hijos se encuentra afectada o se pone en riesgo por estas redes sociales, puede ser una de las mejores herramientas para modular conducta pro social, y realmente moldear las reacciones ante ellas, como por ejemplo a quienes deberían de invitar como “amigo”, como expresar lo que ellos mimos sienten y piensan de otros, e incluso cuando se marca algo con “me gusta”.

No podemos esperar que todo lo que nuestros hijos hagan y digan sea correcto. El uso de las redes sociales es una muy buena oportunidad de enseñarles habilidades de supervivencia que los ayude para toda su vida. Estas herramientas nos dan entrada a su mundo.

Para poder ayudarlos, expertos nos dan algunas sugerencias para que lo hagamos con menor dificultad.

1. Los padres deben estar en Facebook

Es muy sorprendente el número de padres que no están en Facebook y que sus hijos que si lo están. Es exponer a sus hijos a un territorio virgen. Los padres deben de saber el funcionamiento de la red social, como por ejemplo como etiquetar fotos, la configuración de privacidad, etc.

2. Los adolescentes deben tener por lo menos 13 años para estar en Facebook

Si los adolescentes piden estar antes de los 13 años, lo más apropiado es decir no, o de lo contrario estarán interactuando con gente de mas edad. Hay investigadores que indican que los adolescentes no deben de ingresar antes de lo s16 años, cuando son un poco mas maduros para manejar las situaciones.

3. Conozca el usuario y contraseña de su hijo

Esta es la regla No.1. Si solo es su “amigo” en Facebook, de todas formas podría estar ocultándole cierta información. Se ha encontrado que cuando los padres establecen límites los adolescentes generalmente se comportan mejor. Dígale a su hijo que frecuentemente ingresará a su página para leer su muro, noticias, eventos, mensajes, etc., para asegurarse que esté usando Facebook de forma responsable y para asegurarse que estén seguros.

4. Pidale a su hijo que sea su “amigo” en Facebook

Hay quien dice que esto es invasión hacia la privacidad de su hijo. Los investigadores presentan opiniones divididas, sin embargo todos coinciden en que de alguna forma se debe monitorear el Facebook de su hijo. Algunos indican que para no invadir la privacidad de manera extrema, una opción pudiera ser revisar juntos la página . Hay otros investigadores que sugieren un monitoreo más directo e indican que si hay una buena relación con su hijo, a ellos no les molestará que sean “amigos”. Si dicen que No, pudiera ser una señal de alerta de que algo pudiera estar pasando.

5. Limitar a los “amigos” a amigos reales

Es muy común que encontremos a adolescentes que tienen cientos e inclusive miles de “amigos” en Facebook. Es importante que los adolescentes solo sean “amigos” de sus amigos reales, de gente a la que pueda llamar, textear o hacer alguna actividad, o de lo contrario no sabemos realmente quien es la otra persona ni lo que hará. Si es necesario, hay que pedirles que desamiguen a alguien que parece ser una mala influencia. Es importante hacerles ver que todo lo que publique es un reflejo de sí mismo. Este puede ser una situación de extrema dificultad en la relación, y si Ud. cree que no es posible con un razonamiento claro de ello, siga monitoreando y demostrarle con las publicaciones, la forma en que esta persona interactúa.

6. No se haga “amigo” en Facebook del maestro de su hijo

Este consejo es tanto para padres como alumnos. Los maestros pueden verse en la situación de encontrar material inapropiado y sentirse en la obligación de hacer algo al respecto. El ser “amigo” de los padres pone a los maestros en una situación difícil ya que los padres que son sus “amigos” en Facebook, pueden tener acceso al maestro de una forma diferente que otros padres no tienen.

7. Dar espacio a sus hijos

No haga comentarios que pudieran ser desagradables para sus hijos. Trate de evitar el contestar a los comentarios de sus hijos. O de colocar fotos que su hijo adolescente pudiera encontrar humillante. Es mas fácil que se de cuenta de las conductas de su hijo en Facebook cuando no siempre esta dejando comentarios o mensajes.

8. Hable personalmente de lo que esta pasando en línea

La conversación cara a cara es la pieza clave. Tome los comentarios en Facebook como facilitador para hablar y no para juzgar a la gente o su conducta. Si encuentra una foto inadecuada que su hijo publico, en vez de darle un sermón o regañarlo, platique para que el adolescentes por si mismo se de cuenta el por que puede ser inapropiado. Muchas veces el problema es la falta de información que los chicos tienen para poder determinar si algo es inapropiado.

9. Enseñe a sus hijos a proteger sui privacidad

Reacuérdeles el nunca publicar su numero celular, dirección de su domicilio, o hechos como que sus padres no estarán el Sábado por la noche. Recuérdeles que la información puede ser usada en estos días para identificar oportunidades para otros de delinquir. También es importante que los adolescentes sepan que algunos tipos de aplicaciones de Facebook como juegos, pruebas, etc., están disfrazadas por programas adware y spyware (anuncios y espionaje).

10. Enseñe a sus hijos a proteger su reputación.

Las páginas en muchas ocasiones son vistas por padres, posibles empleadores, administrativos de la escuela, policía, etc. y a veces hay fotografías inadecuadas de situaciones impropias. También puede pasar que al elegir me gusta en algún grupo específico, los miembros de este puedan ver el perfil de su hijo.

11. Déjele saber a su hijo que es un aliado.

Su hijo debe saber que siempre puede acudir a usted en caso de sentirse o estar en una situación destructiva o peligrosa. Es obligación de los padres de proteger a sus hijos, y la realidad es que todo adolescente que está en Facebook está en riesgo de sufrir de “bullying” es decir, hostigamiento. Recuerde que cuando una persona publica algo en Facebook, generalmente no afronta a la persona directamente lo que hace que los comentarios en línea sean más agresivos que si se dieran en persona, también recuerde que el ser popular y el ser destructivo en un ambiente de adolescentes, generalmente es premiado por el grupo, recuerde cuando Ud. fue adolescente, y sus compañeros hablaban más de la persona que le pego a otra, que una persona ganando el premio por buena exposición.

12. Acepte a Facebook por sus beneficios

Facebook es el sitio en donde sus hijos van a socializar con sus amigos. Es divertido el saber lo que los demás están haciendo. Ayuda a adolescentes aislados ya que les da la oportunidad de practicar sus habilidades sociales. Es una forma efectiva de que los adolescentes se comuniquen en cuanto a sus tareas escolares, planes, etc. Lo importante es que se aseguren que sus hijos sepan que la vida real es cuando no están en línea o conectados.

Los adolescenes están creciendo actualmente de una forma muy diferente a como nosotros los padres crecimos y los padres solo se engañan si piensan lo contrario. Por eso es importante acercarnos a su mundo para poder entenderlos, mantenerlos seguros, y poder compartir con ellos sus actividades.

Si Ud. ve que la conducta de su hijo se está modificando negativamente, si observa que sus interacciones están siendo sumamente agresivas, o ve que en vez de acercarse a sus núcleos sociales se encuentra cada vez más en aislamiento por favor acuda a un especialista.

ACC especialistas estará a sus órdenes si tiene dudas sobre este artículo, incluso ofrecemos un taller para que sepa cómo manejar la herramienta y la discusión entre padres como afrontar el manejo de estas nuevos retos para la familia. Acérquese con sus dudas.

Lecturas

Ellison, N. B., Steinfield, C., & Lampe, C. (2007). The benefits of Facebook friends: Social capital and college students use of online social network sites. Journal of Computer-Mediated Communication, 12(4), article 1

Boyd, D (2008). Facebook´s Privacy Trainwreck. Exposure, Invasion, and Social Convergence. The International Journal of Research into New Media Technologies, 14(1): 13-20.

Catanese, S., De Meo, P., Ferrara, E., Fiumara, G., and Provetti, A. (2011). Extraction and Analysis of Facebook Friendship Relations Computational Social Networks: Mining and Visualization. Springer.

Christofides, Emily, Muise, Amy, and Desmarais, Serge. (2009). Information Disclosure and Control on Facebook: Are They Two Sides of the Same Coin or Two Different Processes?. CyberPsychology & Behavior, 12 (3), 341-345.

Autores:


Mtra. Gabriela de Gpe. Téllez S.

Mtro. Jorge L. González Q.

Rev. 18/11/2011

lunes, 31 de octubre de 2011

Trastorno Alimentario ¿Es posible que mi pequeño esté desarrollando un trastorno alimentario?


Si hablamos de un trastorno alimentario, lo primero que pensamos es en nuestros hábitos de comer, y aunque no está lejos del concepto, si es importante señalar que tiene componentes más profundos. Un trastorno alimentario se conforma de tres ejes, el primero la forma en que nosotros nos alimentamos, el segundo, es la imagen que tenemos de nuestro cuerpo, y el tercero las conductas compensatorias que establecemos para que los dos conceptos anteriores encuentren armonía. Estos tres componentes lo encontramos en cada uno de nosotros, ¿Quién no está preocupado por lo que come?, o ¿Quién no está preocupado por cómo se verá con esas calorías extras?, y todavía mas importante, ¿Qué haremos para que la báscula luego no nos regañe?. ¿Qué es lo que hace que se convierta en problema?, pues bien su intensidad y su frecuencia, es decir que para que esto se convierta en un trastorno, la persona que sufre de estas agobiantes preguntas es porque todos los días está al pendiente de manera excesiva en cada una de ellas.

Los trastornos alimenticios inician cuando una persona empieza con una sobre observación de su cuerpo en relación con el alimento, o también cuando comienza a realizar una comparación desmedida de ella con respecto a los demás, preocupada constantemente por su silueta y como será aceptada por ella. Esto inicia por afectar el carácter y mostrar una irritabilidad sobre todo con temas relacionados a la belleza, al aspecto físico, la moda, y los estereotipos etc., mostrando una agresión que puede ser pasiva o activa, que puede estar combinada con conductas de evitación y vergüenza, hasta la manifestación de una depresión profunda. La falta de identidad con respecto a quien es, que hace, como se percibe, y sobre todo la expresión de la incapacidad de cambiarlo son alteraciones emocionales frecuentes en un trastorno alimentario.

Todo mundo bromeamos, vacilamos, e incluso podemos experimentar vergüenza al subir de peso, pero este tipo de conductas y reportes emocionales son reacciones temporales, a diferencia de estar hablando de una manera obsesiva sobre el tema o, la conducta clara de evitarlo hasta la generación de conductas que compensen la ingesta como el vómito, o el control extremo a lo que ingerimos al grado de solo tener una diversidad de 10 diferentes alimentos.

Los trastornos alimentarios se dividen en la anorexia nerviosa (rechazo para mantener el peso corporal mínimo normal), bulimia nerviosa (conductas compensatorias para evitar ganancia de peso), trastorno alimentario compulsivo (comer desmedidamente), trastornos alimentarios no específicos (incluye la combinación de las anteriores) (APA, 2000).

Las causas por las cuales este tipo de trastornos se establecen son variadas, pero estos se pueden clasificar en tres categorías:, problemas en la imagen corporal, trastornos en el autoconcepto y conductas de autorregulación (Abraham & Beumount, 1982).

Se ha encontrado que, dentro de la categoría de imagen corporal, algunas personas afectadas por trastornos alimenticios reportan haber tenido cambios físicos relacionados a la pubertad, que llegaron de manera temprana y desfasados del resto de sus compañeros, lo cual generó problemas de adaptación y una ruptura en su imagen corporal.

Dentro de los trastornos de autoconcepto podemos encontrarlos en la relación familiar, en donde la belleza y las concepciones de la cultura de la salud son mensajes constantes relacionados al aspecto físico y a la ingesta de alimentos, los cuales podrían estar afectando a nuestros seres queridos sin interiorizarlo.

Por último, la autorregulación, los cuales se refieren a los mecanismos conductuales que aplicamos como una especie de solución de problemas al no encontrar conciliación entre lo que comemos y lo que esperamos de nuestra imagen, y es aquí cuando forzamos a nuestro cuerpo a establecer el vómito como una conducta de regulación a la ingesta descontrolada que ayuda a la minimización de la ansiedad de todos estos exigencias, o la selectividad de alimentos para evitar ciertas comidas que nos alejan de esa idealización de nuestro cuerpo.

Muchos datos de incidencia han sido publicados siendo diversos y variados, existiendo algunas coincidencias. Como por ejemplo, si bien no es exclusivo de las mujeres, si hay una prevalencia mayor en ellas de presentar bulimia o anorexia entre las edades de 12 a 21 años; en los varones parece presentarse más un tipo de trastorno alimenticio conocido como la vigorexia (obsesión con la musculatura y atractivo físico) (Baile, 2005). Ahora bien, pocos estudios hacen referencia a niños, sin embargo, la gran mayoría habla de que el periodo de gestación de este trastorno es precisamente de los 5 a los 12 años (Mejía, Díaz, Sierra, & Monsalve, 2003) . Es curioso este dato ya que las metodologías de los investigadores se han basado en indagar como las personas que sufren de estos trastornos fueron criados y lo que se sabe, es que hay una serie de datos que permiten identificar algunas de las áreas del desarrollo de un niño que se ven afectadas y predisponen estos problemas.

Por ejemplo la familia, en donde la enseñanza de los estereotipos de la imagen ideal se pueden ir estableciendo tan tempranamente como a los 5 años (Kirkpatrick & Sanders, 1978; Stager & Burke, 1982) y se consolida con el tiempo creando una imagen ideal en el adolescencia (Bruch, 1962). En este rubro en particular, los mensajes que da la familia, lo que se cree como belleza, las críticas generadas a los hijos, y la forma de retroalimentar son factores que afectan de manera directa.

Otro aspecto muy señalado por la literatura, que incluso es uno de los criterios diagnósticos del DSM-IV-TR, es la presentación de una imagen distorsionada de uno mismo, siendo este un aspecto central de la evaluación (Rusell, 1970; Slade & Russel, 1973), es decir, una persona puede presentar una alteración perceptual errónea, verse gordo cuando realmente comparado con sus compañeros esta incluso por debajo del promedio de peso; o una alteración cognitivo-afectiva, que se manifiesta por sentimientos y pensamientos negativos de culpa con respecto a su apariencia física (Garner & Garfinkel, 1981). Sin embargo el concepto de imagen corporal no se encuentra bien definido, y la forma de evaluarlo es diferente en las investigaciones, muchas de ellas coinciden en señalar su importancia en su diagnóstico (Slade, 1994).

Ahora bien, ¿Cómo es que algunos niños son afectados y otros, que viven en ambientes familiares tan hostiles puede ser que no desarrollen un trastorno alimentario?. Bueno, las investigaciones también señalan, que la forma en que las experiencias durante la niñez afectan o no al infante, se encuentran estrechamente vinculadas al tipo de habilidades que el mismo niño posee para enfrentar esta problemática, es decir, las habilidades de afrontamiento son una característica importante de como estas experiencias serán manejados por el menor de edad y no en todos los casos estos generan un trastorno alimentario en la adolescencia, lo que tiene que ver mucho con la capacidad del niño de controlar su propia vida. Este último aspecto tiene mucho que ver con la habilidad que el niño tiene de compartir estos problemas, y de las estrategias que tenga para manejar su estrés y su expresión emocional. Uno de los aspectos observados frecuentemente con el problema de la imagen, son conductas llamadas perfeccionistas que ponen en estrés al niño de tal manera que hace cosas una y otra vez hasta lograr el criterio de excelencia que el solo se impone, lo cual habla mucho de su nivel de ansiedad ante lo que se espera de él y la forma de enfrentar problemas.

Toda esta información en que me ayuda cuando tengo a mi hijo (a) que me dice no me des tanto de comer que me siento muy gordo (a); o mamá deja de cocinar con tanta grasa que no es saludable; o descubro que mi hijo (a) de manera constante esta escondiendo la comida para no comerla; o encuentro a mi hijo comiendo demasiado en cada ocasión; o descubro que mi hijo (a) de manera constante esta escondiendo la comida para no comerla; en el peor de los casos, cuando veo a mi hijo (a) que lo sorprendí vomitando en la tasa del baño. Pues la información me puede servir de mucho. Primero nunca sobre reaccionemos, recuerde, la familia es un sistema de soporte, y lo que hace este sistema de soporte es enseñar conductas, así que lo primero es preguntar, ¿por qué lo haces?, ¿desde hace cuánto lo haces?, ¿qué tan seguido?, etc. y después tome este artículo y repase los siguientes puntos. Si la conducta que presenta ya se está generando un patrón de respuesta, es decir más de tres veces a la semana, y mi hijo presenta problemas de manifestar mucha ansiedad, constantemente esta preocupado por su apariencia, se juzga a sí mismo de manera dura, tiene conductas rituales constantes (Ej. peinarse a cada rato), no se defiende, no sabe decir no y no tiene una persona a la que tenga constante acceso para hablar de sus emociones, sería importante iniciar una valoración. Recuerde, la presentación de una distorsión de imagen es una de las claves en su detección, es claro que los niños pequeños siempre presentarán una distorsión y siempre quieren ser otras personas, pero combinadas con las aspectos anteriores puede ser una llamada de atención.

La forma de prevenir una distorsión de imagen en los niños siempre será preguntando y explicando, estar cerca de ellos asegurarnos que reciban los mensajes apropiados y sobre todo predicar con el ejemplo. Una de las teorías psicológicas de mayor impacto que explican como el medio social afecta nuestra conducta es la teoría de aprendizaje por observación (Hendy, Gustitus, & Leitzel-Shwalm, 2001) donde la aceptación de nuestro cuerpo se puede predecir conociendo como el entorno de personas significativas (padres y compañeros) piensan sobre la imagen corporal idónea, o por los mensajes verbales que nuestro entorno nos da con respecto a ello, como por ejemplo que bonita muñeca tan esbelta y rubia, y por ultima la competencia social, la que nos norma estándares en revistas, medios de comunicación películas etc. (O Leary, 1985; Strecher, DeVellis, Becker, & Rosenstock, 1986; Welch & West, 1995). Recuerde, preguntar y explicar es la mejor forma de protección y de asegurarnos que tiene la información adecuada, que la maneje y que esté acorde con los principios y valores de la familia (Vandereycken, Kog, & Vandelinden, 1989).

Si un trastorno alimentario ya se encuentra manifiesto, el primer paso es tratar de diagnosticarlo lo antes posible y llevar al niño (a) a un especialista a que valore la situación y se propongan abordajes terapéuticos. La intervención deberá de ser seleccionada conforme a lo que la literatura especializada indique como aquellos mas efectivos dentro de los cuales se encuentra los abordajes conductuales como las técnicas de exposición y bloqueo de respuesta; la terapia cognitiva conductual con su tratamiento familiar e intervenciones en imagen corporal; y la terapia interpersonal que consiste de hospitalización y medicación (Gore, Vander, Jillon, & Thelen, 2001; Mines & Merrill, 1987) .

Abraham, S., & Beumount, P. (1982). How patients describe bulimia of binge eating. Psychological Medicine(12), 625-635.

American Psychiatric Association. (2000). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (Fourth Edition ed.). Washington, D.C.: British Library Cataloguing in Publication Data.

Baile, J. I. (2005). Vigorexia cómo reconocerla y evitarla. Paper presented at the Tercer Congreso Virtual de Psiquiatría

Bruch, H. (1962). Perceptual and conceptual disturbances in anorexia nerviosa. Psychosomatic Medicine, 24, 187-194.

Garner, D. M., & Garfinkel, P. E. (1981). Body image in anorexia nervosa: measurement, theory and clinical implications. International Journal of Psychiatric in Medicine, 3, 263-284.

Gore, S. A., Vander, W., Jillon, S., & Thelen, M. H. (2001). Treatment of eating disorders in children and adolescents. In L. Smolak (Ed.), Body image, eating disorders, and obesity in youth: Assessment, prevention and treatment (Vol. XII, pp. 293-311). Washington: American Psychological Association.

Hendy, H. M., Gustitus, C., & Leitzel-Shwalm, J. (2001). Social Cognitive Predictors of Body Image in Preschool Children. Sex Roles, 44, 557-569.

Kirkpatrick, S. W., & Sanders, D. M. (1978). Body image stereotypes: A developmetal comparison. Journal of Enetic Psychology, 132, 87-95.

Mejía, H. D. C., Díaz, A. D., Sierra, C. M., & Monsalve, J. G. M. (2003). Trastornos de la alimentación: Su prevalencia y principales factores de riesgo-estuantes universitarias de primer y segundo año. Revista CES Medicina, 17(1), 33-45.

Mines, R. A., & Merrill, C. A. (1987). Bulimia: Cognitive-Behavioral Treatment and Relapse Prevention. Journal of Counseling and Development, 65, 562-565.

Leary, A. (1985). Self-efficacy and health. Behavior Research and Theory, 23, 437-451.

Rusell, G. F. M. (1970). Anorexia nerviosa: Its identity as in illness and its treatment. In J. H. Price (Ed.), Modern trends in psychological medicine (Vol. 2, pp. 131-164). London: Butterworths.

Slade, P. D. (1994). What is body image? Behaviour Research and Therapy(32), 497-502.

Slade, P. D., & Russel, G. F. M. (1973). Awareness of body dimensions in anorexia nervosa: Cross-sectional and logitudinal studies. Psychological Medicine(2), 188-199.

Stager, S. F., & Burke, P. J. (1982). A reexamination of body build stereotypes. Journal of Researh in Personality, 16, 13-20.

Strecher, V. J., DeVellis, B. M., Becker, M. H., & Rosenstock, I. M. (1986). The role of selfefficacy in achieving health behavior change. Health Educational Quarterly, 13, 73-92.

Vandereycken, W., Kog, E., & Vandelinden, J. (1989). The Family Apporach to Eating Disorders. USA: PMA Publishing Corp.

Welch, D. C., & West, R. L. (1995). Self-efficacy and mastery: Its application to issues of environmental control, cognition, and aging. Developmental Review(15), 150-171.



Autores:


Mtro. Psic. BCBA Jorge L. González Q.


Mtro. Psic. Gabriela Gpe. Téllez S.


Rev. 31/10/11

domingo, 16 de octubre de 2011

La desobediencia, ventana para el desarrollo de otros trastornos psicológicos



Las personas somos entes sociales, construimos un aprendizaje social basado en reglas y normas reguladas por la familia y la comunidad. En el mejor de los casos, durante la niñez, se van estableciendo los límites que en sí, ayudan al individuo a generar comportamientos que tienen el fin de autorregularse. Este proceso se conoce comúnmente como el dominio de sí mismo, el cual regula la forma en que nosotros interactuamos con nuestro ambiente y los seres que coexisten en él. Gracias a los procesos de autoregulación, es que se generan habilidades para enfrentar la frustración, ansiedad, enojo y otras emociones que tienden activar nuestra conducta tratando de mitigar su presencia, o compensar la necesidad de ejecutarlas, y es así como en términos generales, obtenemos dominio de nuestro sentir y evitamos actuar de manera irracional, tempestiva o impulsivamente.



Es decir, si un niño(a) durante la edad de 2 a los 5 años se encuentra en un ambiente donde las reglas no se encuentran establecidas claramente, entonces el aprendizaje de sus procesos de autoregulación, serán aquellos que use para obtener cosas, es por eso que muchos niños que viven en ambientes no estructurados se vuelven niños que tratan de manipular a las personas y su ambiente, manejando su frustración de manera interna, y es aquí, en este proceso de adquisición, donde los niños y niñas inician una autoenseñanza inapropiada de su autoregulación.



Para resumir esta parte, entendamos que si los niños tienen ambientes estructurados donde se les está enseñando a seguir instrucciones, su desarrollo de la autoregulación se dará de manera natural, y a los niños que no viven en ambientes donde tengan que presenciar este tipo de educación, tenderán a manipular y a no desarrollar su autoregulación de manera correcta. Es importante señalar que siempre los extremos son inapropiados, no podemos tener ambientes sumamente rígidos ya que esto alimenta la presencia de conductas obsesivas y ritualistas, mientras que un ambiente en ausencia total de la disciplina, se generan conductas de ingobernabilidad y patológicamente manipuladoras.



¿Qué sucede cuando estas reglas no son enseñadas durante los periodos de la infancia?, entramos en una carrera que intenta satisfacer todas estas necesidades en la adolescencia, y es cuando muchos trastornos conductuales se empiezan a establecer como patrones diferenciados, es decir, ya inicia su constitución como una reacción natural por parte de la persona, y difícil de modificar, afectando su adaptación y aceptación social. Estas conductas las establecen lo adolescentes como una consecuencia de autocontrol y gobernabilidad hacia el adulto, lo que comúnmente conocemos como rebeldía, trayendo conductas de autodestrucción que pueden ser sumamente dañinas y generando como consecuencia una personalidad disocial.



El trastorno disocial, o también conocido como trastorno antisocial de la personalidad, se caracteriza por la presencia de patrones conductuales que muestras un desprecio dirigido a los demás, o a las actividades que realizan dichas persona, muchas veces matizados por crear violencia y confrontación. Es decir, es un pleito establecido, sin argumentos claros, contra cualquier autoridad, de los cuales generalmente finalizan en hechos violentos. Estos patrones en la adolescencia van practicándose de manera constante hasta que estos se establecen como los primeros abordajes para solucionar problemas en la edad adulta. Eso no quiere decir, que si no se desarrollaron buenos modelos disciplinarios que favorezcan la generación de conductas de autorregulación en la adolescencia, no podamos modificarlas más adelante. Estas conductas se pueden cambiar en la adolescencia, enseñando, conductas como la expresión emocional, técnicas de relajación y modelos de resolución de problemas, si usted observa de cerca esta solución, verá que estamos corrigiendo el problema antisocial enseñando estrategias de autorregulación. Sin embargo si pasamos a la edad adulta sin estas estrategias, para poderlas modificar, requerimos que el adulto tenga plena disponibilidad para resolverlos, pero ya en esta fase sus comportamientos para resolver problemas se basan casi estrictamente en la manipulación, creando un mundo ficticio para las personas que se encuentran en su entorno y que él solo puede controlar, haciendo más difícil la intervención.



La persona antisocial es una persona que padece un trastorno de índole psiquiátrico observando una conducta impulsiva, irresponsable e ingobernable. Actúa sin tomar en cuenta a los demás. Solamente cumple las obligaciones sociales cuando satisfacen sus fines. No respeta las reglas, costumbres y normas sociales. Se considera libre e independiente.



Además de los factores ya explicados, que dependen de su entorno y educación, encontramos que existen factores de índole genético, hereditarios y también biológicos que pueden contribuir a su establecimiento como la manifestación de procesos químicos anormales en el sistema nervioso y posibles daños en las partes del cerebro que atañen a la toma de decisiones. Otro factor encontrado, son las lesiones generadas de manera secundaria a la ingesta compulsiva de drogas.



Haciendo un análisis de cómo piensa una persona con conductas antisociales, observamos que sus respuestas cognitivas presentan un pensamiento distorsionado, impulsivo y egocéntrico, es decir no tiene autorregulación apropiada. Muchos presentan incapacidad para generar modelos mentales para el análisis de consecuencias de sus actos bajo un esquema social, además de ser muy susceptibles al deseo de obtener recompensas inmediatas que no pueden anticipar sus consecuencias. Beck afirma que los antisociales necesitan sentirse fuertes e independientes y suelen tener creencias básicas del tipo “Si no ataco yo primero, seré la víctima”.



La mejor forma de intervención de estos trastornos, dependerán de la edad en la cual son detectados, por ejemplo, los niños identificados entre las edades de 2 años hasta los 7, generalmente las intervenciones inician con la enseñanza a los padres de cómo crear armonía entre los estilos disciplinarios, estilos de expresión afectiva y modelos de enseñanza positivos. En la edad de 7 a los 14 años, la intervención deberá establecerse en modelos de relajación, resolución de problemas, y expresión emocional, mientras que en la edad de los 14 a los 22 años se emplean esquemas de modificación del pensamiento, junto con habilidades de resolución de problemas y en la edad adulta los modelos de intervención deben dirigirse directamente a la regulación emocional. Muchos de estas intervenciones se pueden beneficiar del manejo de fármacos siempre y cuando una situación orgánica se haya detectado, hay medicamentos moduladores que no requieren de encontrar un daño específico y que nos ayudan a mantener estables las emociones.





Bibliografía



Millon T. (2006) Trastornos de la personalidad en la vida moderna. Editorial Mason, Barcelona.



Varios autores (2005) DSM IV-TR Editorial Mason, Barcelona.



Autor Lic. Victor gonzalez



Rev. 16/11/2011

lunes, 26 de septiembre de 2011

VIDEOJUEGOS: ¿QUÉ JUGAMOS? Y ¿COMO REGULAMOS NUESTRO TIEMPO DE JUEGO?

Una actividad puede ser agradable o desagradable. En cita textual del artículo Los

tiempos de nuestra vida “si este artículo lo intriga, el tiempo que usted dedique a leerlo pasará rápidamente. Será muy lento si usted se aburre”. Esta idea, de que sea agradable o desagradable, le da un valor agregado a lo que hacemos (Damasio, 2002), como jugar un videojuego. Estudios realizados en el laboratorio de Damasio muestran que el cerebro genera imágenes a mayor velocidad cuando experimentamos emociones positivas (quizá sea la razón –señala el autor – de que el tiempo “vuele” cuando nos divertimos) y reduce la velocidad de formación de imágenes durante las emociones negativas. Existen varias razones por las cuáles los videojuegos son atractivos, factores psicológicos como la activación, la novedad, reto, la competencia, diversión, fantasía, y la interacción social son las principales motivaciones para jugar el videojuego.

Contar con horarios específicos para realizar actividades cotidianas, aprender algo e incluso esparcimiento, DE MANERA ESTRUCTURADA (Esqueda, 1981) mediante niveles de dificultad y/o límites de tiempo, son importantes para desarrollar hábitos y destrezas en beneficio de nuestra salud física y emocional.

En algunos estudios, como el de Patrick Rau y su equipo en 2006, en la Universidad de Bejing, se ha encontrado que después de una hora de juego, el tiempo subjetivo que experimenta el jugador comienza a decrecer respecto al tiempo real, es decir, comienza a subestimar el tiempo argumentando que no ha jugado lo que el reloj en realidad marca.

En un estudio parecido sobre el tiempo dedicado a ver televisión se ha encontrado una ironía: la gente que ve una gran cantidad de tiempo, más de lo que planean, incluso es menos gratificante viendo prolongadamente TV. En el estudio de Robert Kubey (2002) los televidentes “fuertes” (más de 4 h diarias) reportaron menor satisfacción que los ligeros (cuando mucho 2 h diarias). Pero, ¿qué es lo que hace de la TV el efecto tan poderoso sobre los espectadores? En parte, la atracción parece la primavera de nuestra biológica "respuesta de orientación". Esta incluye dilatación de los vasos sanguíneos en el cerebro, la ralentización del corazón, y la constricción de los vasos sanguíneos a los principales grupos musculares. Las ondas alfa se bloquean durante unos segundos antes de volver a su nivel básico, que está determinado por el nivel general de excitación mental. El cerebro centra su atención en la recopilación de más información, mientras que el resto del cuerpo permanece quieto.

Los juegos ofrecen escape y distracción; los jugadores aprenden rápidamente y se sienten mejor cuando están jugando, por lo que activa un tipo de gratificación. La evidente diferencia de la televisión, sin embargo, es la interactividad. Muchos videojuegos de ordenador aumentan minuciosamente la dificultad junto con la creciente capacidad del jugador. Uno puede buscar durante meses para encontrar otro de tenis o jugador de ajedrez de capacidad comparable, pero los juegos programados pueden proporcionar inmediatamente un desafío a la habilidad.

Probablemente se haya hablado de adicción, sin considerar las connotaciones estrictamente clínicas de este término, con toda probabilidad quienes mencionan este término no hacen otra cosa que referirse al extraordinario efecto motivador de estos juegos, que podríamos definir como la sensación subjetiva del jugador que le impele a seguir jugando con un juego cuando ha terminado una partida. Ello ha sido definido por los especialistas en videojuegos de las revistas de informática como adicción, si bien constituiría una acepción al significado del término clínico y sería más conveniente hablar de una afición. Estudios recientes han buscado la manera de evaluar esta afición para etiquetarla como un desorden mental, en la clasificación de conductas adictivas del Disorder Stadistic Mental V (DSM V). Sin embargo, los estudios que respaldan tal aseveración son pocos, la investigación es rigurosa y algunos de ellos carecen de datos confiables y válidos para toda la población. El debate continuará abierto…

¿Cuál es el tiempo óptimo de juego según las características del mismo?

El estudio de Wood (2007) examinó las experiencias de pérdida de tiempo entre un grupo de jugadores (n = 280). Datos cuantitativos y cualitativos fueron recolectados a través de una encuesta online. Los resultados mostraron la pérdida de tiempo independientemente de su sexo, edad, o la frecuencia de juego, pero se asoció con las características particulares estructurales de juegos como suc omplejidad, la presencia de múltiples niveles, las misiones y / o altas puntuaciones, el modo multijugador-interacciones. Wood y cols. concluyeron que, para muchos jugadores, perder el tiempo de vista es una experiencia positiva yes una de las principales razones para jugar videojuegos.

Lo que sabemos del tiempo ideal…

No existen muchos estudios que revelen la cantidad ideal del tiempo de juego recomendado. Sin embargo, estudios exploratorios de la Facultad de Psicología de la UNAM (Rodríguez y Narváez, 2007, 2008, 2009) y de la Escuela de Psicología de la Universidad de Quebec, Canadá, (Tobin y Grondin, 2009) indican que, una baja en el rendimiento de tareas atencionales permitiría establecer el momento en el cuál el jugador debe detener el juego para poder realizar otras actividades. Es decir, cuando la atención se centra únicamente en el juego y se pierde la noción del tiempo, entre 50 min.y 90 min. se comienza a subestimar el tiempo, el jugador dirá que ha jugado menos de lo que el reloj marca. Es en este momento donde necesitamos retirarnos del juego y ponernos a hacer el resto de nuestras actividades. Mientras el jugador sobreestime el tiempo, se tieneni ndicios de que su atención todavía se encuentra con la suficiente capacidad para cambiar de actividad sin mayor problema de concentración.

El tip… ¿QUÉ PODEMOS HACER? ,

Las relaciones con los padres y las amistades, que no comparten su afición por los videojuegos se verán afectadas, incluido el límite que tendrán para ellos otro tipo de ocio, digamos como la lectura. Es fundamental que los padres eduquen a los jóvenes desde una temprana edad, no reprimiendo su gusto por los videojuegos pero si, llevando un control, para esto se podrían tomar algunas de estas medidas:

Establecer reglas de tiempo de juego en horarios pertinentes. No jugar antes de ir a dormir, 20 min. antes de descansar apagar la consola.

Las consolas de videojuegos deben permanecer en un sitio común para toda la familia.

Participar en el uso de estos, es bueno jugarcon ellos, de este modo limitamos el poder aislante de los videojuegos, sabemos a que juegan y estamos con ellos (tal vez lo más importante).

Seleccionar un juego apropiado para la edad y criterio del jugador. Para su manejo apropiado, se recomienda la supervisión de un adulto que identifique los criterios establecidos por la empresa. Algunos juegos pueden ser aptos para todas edades, sin embargo, algunos géneros pueden contener altos índices de violencia, por lo que, para su uso, se deberá contar con suficiente criterio y responsabilidad tanto de quién lo juega como de quién lo provee.

Parar el juego cuando el jugador comience a subestimar el tiempo. El procedimiento más sencillo es contar con reloj o cronómetro en mano e irle preguntando al jugador ¿cuánto tiempo cree que ha transcurrido desde que comenzó a jugar? El momento puede variar, sin embargo, Para esto, hay que retirar de la vista el reloj, celular u otro dispositivo que provea de la información del tiempo real de juego.

6)Facilitar alternativasigualmente interesantes: juegos de mesa para toda la familia, lecturas compartidas, salidas interesantes para todos, etc.

No crucifiquemos o pongamos un cartel a los videojuegos, en definitiva es claro que aportan muchas cosas, pero también sin un control de ellos se pueden perder otras más importantes. Video jugar es sano pero hay que hacerlo bien y en familia sería lo ideal.

Para una evaluación más precisa y manejo de tiempo de juego acuda al servicio psicológico especializado.

Por:

Psic. David Rodríguez.

Rev. 26/09/2011

REFERENCIAS:

Esqueda L. (1981) Locus Control y estimación subjetiva del tiempo, Publicación # 17, Mérida, Venezuela.

Damasio A.,(2002), Recuerdos, Scientific American Latinoamericana, N°5, México.

Kubey R. y Csikszentmihalyi M., (2002). Television Addiction IsNo Mere Metaphor, Scientific American, p.p. 1 – 8., USA.

Revista de Psiquiatría Infantil y Juvenil (1992), nº 2, p.p. 106-116, España.

Rau P. y Pen S., (2006). Time distortion for expert and novice online game players, CyberPsychology and Behavior, vol. 9, Issue: 4, p.p. 396-403, China.

Wood, R. y Griffiths, M.D. (2007). playing video games: Is there a relationship to addictive behaviours? International Journal of Mental Health and Addiction, 5,2, 141-149, Holanda.

Tobin S., Grondin S., (2009) Video games and the perception of very long durations by adolescents, Computers in Human Behavior, vol. 25, p.p. 554–559, Canada.

miércoles, 24 de agosto de 2011

EL DIVORCIO, ¿CÓMO AFECTA EL DESARROLLO DEL NIÑO?



En nuestros días, el divorcio es una constante que afecta a muchas familias; múltiples y variadas pueden ser las causas y auque el divorcio se lleve a cabo en las mejores condiciones, es de esperarse que surjan ciertas dificultades.




En matrimonios donde hay hijos, una de esas dificultades es que inevitablemente afectará a todos los miembros que la conforman. Pues la separación, conlleva un impacto directo sobre el mundo emocional y conductual de toda la familia y sobre todo de los menores, debido a que la familia, tal y como el niño la había concebido durante toda su vida, cambiará.




Durante el primer año de la separación, es cuando se dan las mayores afecciones en la vida del niño debido a que todo se reorganiza. Cambios en sus rutinas diarias, la disciplina, los juegos, los amigos, etc. Y por otra parte, suele ser también el periodo más crítico para los padres.




Como proceso, la separación de los padres involucrará una serie de cambios en la vida familiar, que afectarán sin lugar a dudas la vida del menor.




  • - Reducción del ingreso familiar: lo que frecuentemente se traduce

    en cambios de domicilio, escuela y por consiguiente, aumento en el estrés parental.

  • - Reducción del contacto con alguno de los padres: En mayor o menor

    medida, se pierde la relación cotidiana con alguno de los progenitores, por semanas,

    meses e incluso años. Y por ende, la perdida de otros familiares como tíos, primos y abuelos.

  • - Cambios en las conductas de los padres: disminución de la tolerancia,

    disminución en la comunicación y/o mayor supervisión.




La falta de uno de los progenitores en la vida diaria del niño y la añoranza de la familia, tal y como era en un principio, genera fuertes reacciones, no demasiado diferentes a las que siguen a la pérdida de un ser querido.




De ahí, que es obligación de los padres estar atentos a las diversas reacciones que muy probablemente presentarán sus hijos, esto, con la finalidad de minimizar los efectos que el divorcio trae consigo.




Muchos autores coinciden en que estos efectos dependen del nivel de desarrollo del menor y de los conflictos e intensidad de los mismos entre sus padres.




Por lo tanto, experimentar un divorcio traumático puede interrumpir el desarrollo del niño. Hay niños que se quedan estancados en la etapa en la que tuvo lugar el trauma y otros que parecieran haber olvidado las enseñanzas pasadas.



A continuación se presenta una descripción clínica sobre como reaccionan los niños al divorcio de sus padres en función de su edad, propuesta por Wallerstein.




Los niños en edad preescolar presentan un malestar profundo, un alto nivel de ansiedad ante la separación, miedo de que los padres los abandonen, un alto índice de regresiones y una escasa capacidad para entender el divorcio, y por consiguiente, una tendencia para culparse a sí mismo por la separación.




Los niños de edad escolar suelen presentar un nivel moderado de depresión, se preocupan por la salida del hogar de uno de los padres y añoran su regreso, perciben el divorcio como un rechazo hacia ellos y temen verse reemplazados.




Durante la preadolescencia, la reacción al divorcio se suele manifestar mediante la expresión de sentimientos como cólera y la tendencia a culpar a uno de los padres, pudiendo desarrollar también síntomas somáticos.




Los adolescentes, aunque se sienten apenados y con un cierto nivel de ansiedad, en general suelen afrontar mejor el divorcio. Ya que poseen un mejor desarrollo cognitivo y emocional. Aunado a esto, tienen la ventaja de poder contar con el apoyo de sus iguales y de otros adultos en ambientes extrafamiliares, lo que puede aminorar los efectos de la separación y facilitar su reajuste.




Cabe destacar que cada niño puede reaccionar distinto frente a un caso de separación, no obstante, para los padres debe resultar imprescindible el perfecto conocimiento de cada uno de sus hijos. El grado de comunicación que exista entre padres e hijos y el asesoramiento de un profesional que garantice las modificaciones conductuales en los padres; puede ser el arma perfecta para no causar más daño (emocional y/o conductual), del que va a sufrir por la separación en sí, recuerde, la mejor forma de abordar un divorcio o una separación, se encuentra en la forma en que los padres anticipan los cambios a los hijos, comunicar y bajar la ansiedad por la incertidumbre, son las claves para un buen manejo.




Debido a la constante solicitud de nuestros padres de familia, ACC especialistas a creado un servicio de apoyo sin costo que consta de una asesoría por una hora para recibir apoyo en su divorcio o proceso de separación, y así contribuir a que nuestras familias encuentre esta tan esperada reorganización.







REFERENCIAS




Fernández, R. F. y Godoy, F. C. El niño ante el divorcio. Madrid. Pirámide, 2002; 6, 55 – 68.




Figueroa, L. F. Los hijos y la separación de la pareja. Revisado 13 de Mayo, 2011, en http://cursos.puc.cl/medfabuc-1/almacen/1248294190_vvaldes_sec1_pos0.pdf




Menéndez, B. I. Efectos de la separación matrimonial en los niños. Revisado 22 de Mayo, 2011, Clínica Psicológica. Asturias, en http://www.isabelmenendez.com/escuela/separacion.pdf




Autor




Lic. Karina Zamora Muñoz




Rev. 24 Agosto 2011




martes, 9 de agosto de 2011

Me quiero divorciar pero… no quiero que mis hijos sufran




¿Cuántas veces hemos escuchado esto? Hombres y mujeres. Amigos, familiares, compañeros de trabajo o ¿por qué no? nosotros mismos.




Estas personas se debaten en una lucha entre hacer lo correcto o lo incorrecto, al enfrentarse a la posibilidad de una separación de pareja.




En la mayoría de los casos el “MOTIVO” más importante para la disyuntiva son los hijos.




Por tradición se piensa que crecer en familia (papá, mamá y hermanos), es decir la familia convencional es el mejor modo de crecer. Sin embargo, como miembro de una relación de pareja insatisfactoria, la incertidumbre aparece cuando se pretende que “los niños no sufran y tengan una familia” el sentir esto como una responsabilidad por un lado y por otro el propio derecho a contar con una vida en pareja satisfactoria, se convierte en un callejón sin salida.




¿Qué hacer?




Para tratar el primer punto de “Quiero que mi hijo tenga una familia” hay que partir definiendo a la familia como:
Un grupo social formado por individuos unidos por lazos sanguíneos, de afinidad o de matrimonio, que interactúan y conviven en forma más o menos permanente y que en general comparten factores biológicos, psicológicos, y sociales, que pueden afectar su salud individual y familiar. La familia pueden ser tíos, abuelos, cuñados, primos y no estrictamente papá, mamá y hermanos.




Entonces ya no son tan cerradas nuestras posibilidades al tomar una decisión, si contemplamos que si nuestros hijos viven en un ambiente de violencia, considerando a ésta desde el ignorarse mutuamente hasta la violencia física; de incertidumbre de cualquier modo los estamos dañando.




El otro aspecto a tratar es el daño que se les hace a los niños a partir de la separación.




Esto es una realidad que no podemos evadir, los niños se sienten inseguros, ansiosos, angustiados, deprimidos, confundidos y en algunos casos culpables por la separación de sus padres.




Pueden mostrar conductas como: agresividad hacia el padre al cual se le considera culpable de la separación, desobediencia, aislamiento. Esto dependerá de la edad de los hijos, personalidad, entre otros
Visto desde otro punto de vista, podemos entender que cualquier cambio en la estructura familiar, social y psicológica de las personas va a afectar su desarrollo, en este rubro incluso el cambio de residencia por cambios laborales de los padres, cambios de escuela, entre otros; es decir cambios que no necesariamente tienen que ver con la separación sino con la mejoría de las condiciones de vida familiar.




Tomando como referencia lo anterior, tenemos que considerar algunos factores para la toma de decisión, por ejemplo, si la familia de los pequeños que viven actualmente, es una familia que les proporciona lo que ellos requieren para su desarrollo integral, o por el contrario lo obstaculiza. Es decir, realizar una toma de decisión bien pensada, considerando pros y contras del cambio y del seguir así.




En este punto es relevante remarcar que la tarea de los padres, educadores, tutores no es evitarles las dificultades sino proporcionarles las herramientas y recursos emocionales necesarios para que los enfrenten y superen.




Así para tomar una decisión con respecto a la separación o no, es primordial dejarle saber a los pequeños lo siguiente:




  • Explicarles que es un divorcio, reafirmando que este nuevo arreglo NO implica que ellos pierdan a sus padres.

  • Aclararles que es un asunto entre sus padres y solo ellos, y que no tiene que ver con ellos

  • Hacerles sentir que ellos no son culpables y por lo tanto tampoco la solución.

  • Hablar libremente del tema sin juzgar ni criticar sus opiniones

  • Respetar y tomar en cuenta sus opiniones




Siempre un cambio crea un ambiente inestable y de nuevas difícultades, sin embargo, si existe comunicación entre todos, facilitará la transición a una vida basada en el respeto y en la comunicación.




Tomar en cuenta que no siempre se cuenta con la información, conocimiento, experiencia, y sobre todo estado emocional, para manejar este tipo de situaciones, y contar con especialistas que puede enseñara nuevas habilidades de negociación y guíar el desenvolvimiento de la solución buscando que se dañe lo menos posible a los integrantes de la familia, mediante la concertación de acuerdos. La búsqueda de una transición lo mas apacible posible de este proceso tan doloroso es una de las metas fundamentales de un proceso terapéutico. Recuerde que lo desconocido es el motor de la ansiedad y la ante sala a la depresión, brindar elementos de apoyo siempre culminarán en tener mas certidumbre, bajando aquellos factores que se encuentran asociados a las malas decisiones. Buscar apoyo siempre es importante.




Este documento es producto del Diplomado Formación de Terapeutas coordinado por Lic. Cecilia Quero Vázquez.




Elaborado por:




Lic. Andrea Lozano




Debido a la constante solicitud de nuestros padres de familia, ACC especialistas a creado un servicio de apoyo sin costo que consta de una asesoría por una hora para recibir apoyo en su divorcio o proceso de separación, y así contribuir a que nuestras familias encuentre esta tan esperada reorganización.




Lecturas recomendadas




Beyer, R.(2009) Cómo explicar el divorcio a los niños. Un manual para adultos. Ed. Ediciones Oniro.
Gimenez, E(2008) Hablemos de divorcio: Sugerencias para padres que se divorcian. Ed. Paidós




Referencias




Garin, P. B. (1992). Un análisis exploratorio de los posibles efectos del divorcio en los hijos. Psicothema , 4 (2), 491-511.




Orgilés, M., Espada, P., & Piñero, J. (2007). Intervención psicológica con hijos de padres separados: Experiencia de un punto de encuentro familiar. Anales de Psicología , 23 (002), 240-244




Rev 09/08/2011.